Seguimos estudiando los tipos de sólidos cristalinos. En los post pasados hablamos de los sólidos iónicos y covalentes. Ahora es el turno de los sólidos metálicos.
Los sólidos metálicos son aquellos formados por cationes que se hallan unidos gracias a una extensión o grupo de electrones deslocalizados. Todos los metales están formados por este tipo de cristales que se distribuyen en toda la estructura interna del material.
Propiedades
Son blandos a muy duros.
Tanto los puntos de ebullición como los puntos de fusión varían mucho dependiendo de la ubicación de los metales en la tabla periódica. Sin embargo, en la mayoría de los casos, suelen ser más altos que los elementos no metálicos.
Seguimos estudiando la clasificación de los sólidos cristalinos. Ahora es la oportunidad de conocer un poco más la red cristalina iónica.
La red cristalina iónica es aquella que se origina mediante la unión entre iones positivos y negativos, es decir entre cationes y aniones, a través de atracciones electrostáticas.
Como ya vimos anteriormente, los sólidos cristalinos son aquellos que poseen átomos o moléculas que están dispuestos de manera tal que forman una estructura completamente definida y ordenada, completamente diferente a los sólidos amorfos. Ahora bien, existen diferentes tipos de sólidos cristalinos, los cuáles se derivan según el tipo de enlace que estos presenten.
Estos se clasifican en sólidos covalentes o reticulares, sólidos iónicos, sólidos moleculares y sólidos metálicos.
Sólidos Covalentes
Este tipo de sólidos consiste en la unión de átomos de manera covalente con sus átomos contiguos en toda la prolongación del sólido. Los enlaces covalentes son los encargados de constituir el orden, conservar los átomos y lograr que estos estén bien unidos en sus posiciones espaciales de forma adecuada.Leer más…«Sólidos Covalentes»
La organización molecular de un sólido nos determina las propiedades del mismo. Es por eso que tenemos dos tipos de sólidos: los amorfos y los cristalinos. Pero, ¿Qué es un sólido cristalino y un sólido amorfo? ¿Cómo podemos diferenciarlos? Sigue leyendo y te explicaremos de qué va cada uno.
Sólidos amorfos
Son aquellos sólidos que tienen una estructura molecular irregular, es decir sus átomos y moléculas están dispuestas de manera tal que no se forma una estructura ordenada y definida. Dicha estructura molecular es similar a la que presentan los líquidos, con la diferencia de que este presenta mayor fuerza de cohesión.
Una propiedad destacada que presenta los sólidos amorfos es que son isotrópicos. Esto significa que ellos son independientes de la dirección en la cual son medidos, debido a su irregularidad.
Algunos ejemplos de sólidos amorfos sería:los plásticos, vidrio, mantequilla, goma, gel, caucho, polímeros, entre otros.
Los sólidos regulares son aquellos materiales que poseen una forma geométrica establecida. Estos sólidos están formados por lados completamente definidos, con partes coherentes e iguales. Algunos ejemplos tenemos: cilindros, cubos, conos, tetraedros, poliedros, pirámides, paralelepipedo, entre otros.
El principio de Arquímedes es uno de los hallazgos más significativos que nos concedieron los griegos para resolver uno de los más importantes enigmas matemáticos.
Todo comienza con una interesante historia que involucra a Arquímedes, un rey y una corona de oro.
El rey era nada más y nada menos que el rey Hierón, el cual dictaminó que se le fuese fabricada una corona de oro puro y para demostrar que no había sido estafado, solicitó a Arquímedes que le indicara si la corona era completamente de oro o tenía alguna aleación con otro metal, eso sí, Arquímedes no podía romper la corona.
Como en ese tiempo aún no se conocía como calcular el volumen de los objetos con formas irregulares, Arquímedes se tuvo que idear un método para obedecer el mandato del rey.
La leyenda cuenta que mientras Arquímedes se disponía a darse un baño en una tina o bañera, en la que por error llenó con mucha agua, al sumergirse en ella, parte del agua se derramó. En ese momento, comprendió de que dicha situación podía permitirle solucionar el misterio de la corona del rey Hierón; y fue tanta su emoción que desnudo, salió corriendo de la bañera exclamando «¡Eureka, eureka!» (¡Lo he descubierto!).Leer más…«El principio de Arquímedes: Cálculo de volúmenes por desplazamiento»
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