
El chocolate caliente es más que una bebida reconfortante: es un laboratorio químico en tu taza. Su textura cremosa, su aroma envolvente y su sabor dulce provienen de moléculas que interactúan de manera única con nuestros sentidos.
Moléculas protagonistas
- Teobromina: alcaloide presente en el cacao, similar a la cafeína, que estimula y da energía.
- Feniletilamina: molécula asociada con la sensación de bienestar y placer.
- Grasas del cacao (manteca de cacao): responsables de la textura cremosa.
- Azúcares: aportan dulzura y potencian la liberación de aromas.
- Proteínas de la leche: interactúan con las grasas y azúcares para dar cuerpo y suavidad.
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