Es hora de conocer como interpretar de forma cualitativa la concentración de una solución.
En términos cualitativos, para preparar las soluciones no se toma en cuenta la cantidad exacta de soluto y solvente que participan en la misma. Estas se dividen en:
Soluciones Diluidas. Este tipo de soluciones son aquellas donde la cantidad del soluto es bastante pequeña con respecto a la cantidad de solvente presente.
A simple vista se puede apreciar cuan diluido esta una bebida mediante su color, olor y sabor. Esto sucede, por ejemplo, cuando preparamos un café, una limonada, un té, agua con azúcar, entre otros.
Soluciones Concentradas. Son aquellas donde la cantidad de soluto es considerablemente grande con respecto al volumen total de la disolución. Por ejemplo, la miel es una solución concentrada.
A su vez, las soluciones concentradas se subdividen en: insaturadas, saturadas y sobresaturadas.
- Soluciones insaturadas. Son aquellas que contienen mucho soluto disuelto sin llegar a saturarse la solución, es decir, es posible seguir añadiendo soluto y este ser disuelto
- Soluciones saturadas. Son aquellas soluciones que han alcanzado la concentración máxima, lográndose un equilibrio soluto-solvente. Por ejemplo, cuando se añade azúcar en un vaso de agua y agitamos el recipiente intentando que esta se disuelva.
- Soluciones sobresaturadas. Este tipo de soluciones son aquellas donde la cantidad de soluto es mayor que en las soluciones saturadas. Si se desea disolver una solución sobresaturada, es necesario utilizar temperatura para aumentar su solubilidad, ya que son bastante inestables.