Cuando hablamos de ácidos, nos referimos a los compuestos que son solubles en agua, es decir, aquellos que se disuelven o disocian en agua con facilidad. Estos poseen un pH menor que 7, por lo que a menor pH, mayor será la acidez del compuesto.
Otra característica particular de estos compuestos es que son buenos conductores de energía eléctrica, ya que fluye con facilidad a través de sus iones.
Como advertencia es importante recalcar que los ácidos son corrosivos al contacto de la piel, por lo que hay que tener mucho cuidado cuando se manipulan, sobre todo sí se encuentran concentrados.
En cuanto a sus propiedades químicas, estos reaccionan con metales formando hidrógeno y sal. Asimismo, cuando reaccionan con óxidos metálicos o con bases producen sales y agua.
Según su capacidad de ionización, existen 2 tipos de ácidos:
Ácidos débiles
Son aquellos ácidos que no se disocian completamente en una solución acuosa y además no liberan grandes cantidades de iones de hidrógeno (H+). Asimismo son ácidos poco corrosivos a comparación de los ácidos fuertes.
Ejemplos:
- Ácido fosfórico
- Ácido carbónico
- Ácido bórico
- Ácido acético
- Ácido fluorhídrico
Ácidos fuertes
Estos ácidos a diferencia de los ácidos débiles, poseen la capacidad de liberar iones de hidrógeno (H+) con mayor facilidad, disociándose absolutamente en una solución acuosa. Además tienen la propiedad de ser bastante corrosivos, y son buenos conductores de energía eléctrica.
Ejemplos:
- Ácido sulfúrico
- Ácido nítrico
- Ácido bromhídrico
- Ácido clorhídrico
- Ácido perclórico