La piel es el órgano más extenso y grande del cuerpo humano, tanto así que un adulto promedio tiene una superficie de aproximadamente de 2 m² y una masa de 5 Kg.
Nuestra piel está compuesta por dos capas: epidermis y dermis. La dermis está formada por el tejido conectivo, los folículos pilosos, las fibras nerviosas y las glándulas sudoríparas. Por su parte, la epidermis está compuesta por cuatro estratos llamados granuloso, germinal, lúcido y córneo.
Una característica bastante particular que tiene nuestra piel, es que a medida que vamos envejeciendo, esta va desprendiendo un olor un poco fuerte debido a la oxidación de forma natural de los ácidos grasos que se encuentran en la barrera lipídica de la epidermis.
La molécula responsable es el 2-nonenal (Non-2-enal). Este compuesto es un líquido incoloro clasificado como aldehído insaturado. Le proporciona su aroma característico al trigo sarraceno y a la cerveza añejada. El olor de esta sustancia se ha comparado con el pepino lirio, grasa y lirio.
El ser humano posee esta molécula desde el nacimiento, solo que se empieza a percibir dicho olor a partir de los 30-40 años de edad. Esto es debido a que acrecienta la peroxidación, se produce más 2-nonenal y en el cuerpo se empieza a percibir con mayor intensidad el olor de dicho aldehído.
¿Es posible camuflar el olor a 2-nonenal?
El olor del 2-nonenal puro es bastante desagradable y, aunque nuestro cuerpo solo desprende pequeñas cantidades, es fácil percibirlo. Lo que resulta bastante difícil es encubrirlo, ya que los lípidos no son solubles en agua. De ahí que el mal olor relacionado con los ácidos grasos sea tan complicado de eliminar, no es como el olor a sudor que fácilmente lo podemos quitar con una buena ducha con agua y jabón.
No obstante, los laboratorios Prima-Derm, luego de aproximadamente 10 años de trabajo investigativo, han logrado obtener sustancias que neutralizan al non-2-enal. Dichos activos son el Seadermium y el Sirtalice, los cuales, según lo que señala José María Antón, investigador en biotecnología para el CSIC, presidente y fundador del grupo Prima-Derm, «estos activos son procedentes de sendos microorganismos localizados por el CSIC a 3400 metros de profundidad cerca de Isla Reunión».
Cabe destacar que el proceso de envejecimiento del olor de nuestra piel es bastante normal, así que no hay nada de lo cual avergonzarse.
FUENTE
- García Salomé. elpais.com. El olor a anciano empieza a gestarse en nuestro cuerpo a partir de los 30 años.