Richard Henderson, Jacques Dubochet y Joachim Frank fueron galardonados con el Nobel de Química 2017, pues gracias a sus investigaciones de más de 30 años lograron “desarrollar la microscopía crioelectrónica para la determinación de estructuras de alta resolución de biomoléculas en solución”, de acuerdo con el comunicado que lanzó la Academia Sueca.
Richard Henderson, de la Universidad Cambridge en Reino Unido, desde 1975 produjo junto a su equipo la mejor imagen de una proteína con un microscopio electrónico que muestra cómo atravesó la membrana celular siete veces. Otra de sus aportaciones fue que encontró la forma de proteger las biomoléculas recubriendo su superficie con una solución de glucosa; ese proceso impide que se seque al vacío.
Por su parte, Jacques Dubochet de la Universidad de Lausana en Suiza, implementó la vitrificación del agua (apariencia de cristales sólidos), pues se enfría tan rápido que se solidifica en forma líquida alrededor de la biomolécula, lo que permite que mantenga su forma normal.
Y, Joachim Frank, de la Universidad de Columbia en Nueva York, hizo que se pudiera aplicar la tecnología. Entre 1975 y 1986, desarrolló un método de procesamiento de imágenes que combina muchas de éstas que fueron capatadas por un microscopio electrónico de una biomolécula bidimensional que se veía difusa, para producir finalmente una tridimensional detallada.
Con las aportaciones de cada uno, en 2013 se llegó a una resolución de imagen óptima para poder visualizar las estructuras moleculares en 3D.
Gracias a ello, se ha podido ver a detalle la superficie del virus del Zika, las proteínas bacterianas que provocan resistencia a los antibióticos y las proteínas de las células que permiten que el cáncer se vuelva resistente a las quimioterapias.
Sin duda es un gran avance para la bioquímica, que permitirá sacar a la luz el por qué de muchos misterios dentro de este campo de a ciencia.