Las langostas tienen la sangre incolora pero al entrar en contacto con el oxígeno del aire se torna de color azul.
Esto es debido a la presencia de hemocianina en su sangre, una sustancia que a diferencia de la hemoglobina que posee hierro, esta contiene cobre. El cobre al oxidarse se torna de color azul.
Dicha proteína está presente en la sangre de algunos crustáceos, arácnidos y moluscos, y es la encargada del transporte del oxígeno, aunque de cierta forma es más deficiente que en el caso de la hemoglobina, por lo que las langostas, moluscos y crustáceos han evolucionado de manera tal que perfeccionaron mecanismos como la respiración cutánea y sistemas traqueales.