¿Quién iba a imaginar que la moda podría ser mortal? Y es que por allá en el siglo XIX, un poco menos de 200 años atrás, se usaba en el color verde, un componente sumamente tóxico que desencadenó una serie de muertes que alarmaron a la sociedad.
En la época victoriana el color verde estaba reinando en todas partes, era considerado un color romántico y elegante que la gente de alta sociedad quería lucir en todo momento, ya sea para empapelar las paredes, como para usarlo en su ropa, maquillaje y más. Pero no sabían que el arsénico que formaba parte del pigmento, traería tan atroces consecuencias.
El arsénico es un elemento químico perteneciente a los metaloides. Este se encuentra en forma de sulfurosos y escasamente de manera sólida. Desde la antigüedad se conocen compuestos de arsénico, altamente tóxicos y mortales que producían efectos corrosivos en el organismo, pero para la época se creía que era dañino sí solo se manejaba directamente en un laboratorio o fábricas pero nunca llegaron a pesar que su mortalidad incluso afectaba al ser usado en productos.
Los metaloides son conocidos también como semimetales, y son aquellos elementos químicos que poseen propiedades intermedias entre los metales y no metales.
Son 7 los metaloides en la tabla periódica: boro, silicio, germanio, arsénico, antimonio, telurio y polonio.
Muchos de ellos los encontramos en una gran cantidad de productos y materiales que usamos en nuestros hogares por lo que es necesario estar alerta y conocer los síntomas que se presentan al estar expuestos a estos elementos.
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