Cuando vamos al supermercado vemos que los productos están dispuestos en pasillos y compartimientos según las características y el uso que se le da. Por ejemplo, en un pasillo encontraremos los productos de limpieza y en otro más alejado los alimentos. Nunca veremos estos dos tipos de productos en un mismo departamento. Igual sucede con los elementos químicos. Estos están dispuestos en una tabla periódica de acuerdo a su configuración electrónica, características y propiedades. No encontraremos en un mismo grupo a elementos que no posean propiedades análogas.
Por lo cual, se puede definir a la tabla periódica como aquella que clasifica, organiza y distribuye los elementos químicos de acuerdo a su número atómico, su configuración electrónica y sus propiedades químicas, de tal manera que se evidencie ciertas tendencias periódicas, como por ejemplo, un comportamiento similar de los elementos químicos de una misma columna.
En el año 1869 se publicó la primera versión de la tabla periódica de manos del científico Dmitri Mendeléyev. Este químico ruso desarrolló la tabla periódica con la finalidad de enseñar sobre las tendencias periódicas en las propiedades de los elementos químicos que en aquel momento se conocían; al ordenar los elementos fundamentándose en sus propiedades químicas. Mendeléyev también presagió algunas propiedades de elementos entonces desconocidos que pronosticó que entrarían los lugares vacíos en su tabla. Consecutivamente se demostró que la mayoría de sus predicciones eran correctas cuando se descubrieron los elementos en cuestión.
Desde entonces, la tabla periódica ha ido llenándose de elementos naturales y de elementos descubiertos en laboratorios por científicos.
El 30 de diciembre de 2015 la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC por sus siglas en inglés) comunicaba la confirmación de cuatro nuevos elementos químicos de la tabla periódica. El descubrimiento de estos nuevos elementos llena la séptima fila por lo que es posible que próximo elemento a descubrir sea un gas noble, claro está, si este “sobrevive” el tiempo suficiente para llegar a ese estado. Los elementos recién descubiertos son los siguientes:
Nihonium: símbolo Nh, para el elemento 113
Moscovium: símbolo Mc, para el elemento 115
Tennessine: símbolo Ts, para el elemento 117
Oganesson: símbolo de Og, para el elemento 118
Dichos números simbolizan la cantidad total de protones que tiene cada átomo de ese elemento.
Los elementos de la tabla periódica están dispuestos en grupos y periodos. Los grupos son aquellos ubicados en las columnas (verticales) que se identifican con números arábigos del 1 al 18. En el formato viejo de tabla periódica, se ubicaban en familias y se identificaban por números romanos, pero luego se realizó un convenio internacional de denominación en el año 1988, donde se decidió enumerar los grupos del 1 al 18 desde la columna más a la izquierda (los metales alcalinos) hasta la columna más a la derecha (los gases nobles). Por su parte, los periodos son las filas (horizontales) enumeradas del 1 al 7.
Los elementos se representan mediante un símbolo químico de una o dos letras, que se corresponde con las letras iniciales de su nombre en latín. Por ejemplo, hierro en latín es fërrum (Fe).
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