Empecemos con el cristal, en este material sus componentes, átomos y moléculas, están dispuestos conforme a un sistema ordenado siguiendo unas leyes perfectamente establecidas, lo que da lugar a formas definidas con ejes y planos de simetría. La mayoría de los cristales naturales se forman a partir de la cristalización de gases a presión en la pared interior de cavidades rocosas llamadas geodas. La calidad, tamaño, color y forma de los cristales dependen de la presión y composición de los gases en dichas geodas (burbujas) y de la temperatura y otras condiciones del magma en el que se formen.
Por su parte el vidrio es un material inorgánico duro, frágil, transparente y amorfo cuya materia prima para su elaboración se haya en la naturaleza (óxido de calcio), aunque también puede ser producido por el ser humano. Generalmente se tiende a confundir los vidrios con los cristales, pero en realidad no posee las propiedades moleculares necesarias para ser considerado como tal; el vidrio, a diferencia de un cristal, es amorfo.
La confusión radica en que algunos vidrios, se les añaden determinados metales, como el plomo, para que sus propiedades en cuanto a brillo, sonoridad y masa sean muy parecidas a las de los cristales. Entonces, en resumidas cuentas es permitido llamar “cristal” a los vidrios que tienen una composición de aproximadamente 25% de óxido de plomo, aunque este no tenga las características químicas de un verdadero cristal.
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