La antimateria parece sacada de una novela de ciencia ficción, pero es tan real como los átomos que forman nuestro cuerpo. Desde su misteriosa aparición en los rayos cósmicos hasta su uso en hospitales para detectar enfermedades, este “lado B” del universo nos invita a explorar los límites de la física y la tecnología.
La antimateria es la contraparte exacta de la materia ordinaria. Cada partícula de materia tiene una antipartícula con la misma masa pero carga opuesta:
Partícula | Antipartícula | Carga |
Electrón | Positrón | +1 |
Protón | Antiprotón | –1 |
Neutrón | Antineutrón | 0 (estructura distinta) |
Cuando una partícula y su antipartícula se encuentran, ocurre una aniquilación, liberando energía pura en forma de rayos gamma.
La antimateria fue predicha por Paul Dirac en 1928 al combinar la mecánica cuántica con la relatividad especial. En 1932, Carl Anderson confirmó la existencia del positrón al estudiar rayos cósmicos.
Durante el Big Bang, se cree que se generaron cantidades iguales de materia y antimateria. Sin embargo, el universo observable está hecho casi exclusivamente de materia. ¿Dónde está la antimateria? Esta pregunta sigue siendo uno de los grandes misterios de la cosmología.
Aunque la antimateria es difícil de producir y almacenar, los positrones tienen una aplicación médica revolucionaria: la tomografía por emisión de positrones (PET).
La antimateria podría tener aplicaciones aún más ambiciosas:
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